En estos tiempos en el que prácticamente podemos conseguir todo con mover un dedo en el teléfono celular, el avance del desarrollo tecnológico, el internet, redes sociales, para las nuevas generaciones se les hace imposible creer que hubo un tiempo en el que no había nada de esto, que buscar información era ir a la biblioteca no a google, que para tener una foto era necesario tomarla con una cámara de rollo de película y esperar el revelado y hasta entonces saber si se tomó bien la foto o salió desenfocada. Ahora solo es cuestión de descargarla de alguna página de internet. De las fotos, ahora puedes tomar mil y revisarlas en el acto.
Y así podemos mencionar infinidad de ejemplos que nos hablan de la evolución de las comunicaciones. Para los que se nos considera de esa llamada “generación X” somos seres especiales a los que se nos ve como entes raros ya que hablamos de esas tecnologías que para las nuevas generaciones se les hacen cosas del pasado e imposibles de explicarse en el mundo moderno en el que viven ahora.
Hablando de medios de comunicación y en específico de la radio la evolución dio un paso muy drástico, al grado que la radio que conocíamos antes del internet está tendiendo a desaparecer. Y vamos hablar de esa radio de antes del internet y de la era digital.
Antes de entrar a una cabina de radio de antes de los 90´s hay que comprender como nos hacíamos de nuestra música favorita. El primer paso fue la creación de los llamados discos de larga duración o “long play” de ahí el término abreviado de LP, discos de vinilo impresos por ambos lados (de ahí lo de lado A y Lado B) por lo regular tenían en capacidad para 10 canciones, 5 de cada lado (cuando se programaba por lo regular se pedía el lado y número de tema, “lado A, banda 3” y así sabíamos que era el tercer tema de la cara principal del disco).
Luego salió la versión compacta, los discos de 45 rpm, pequeños acetatos que solo contenían dos temas uno de cada lado y por lo regular el principal era el del lado A, relegándose o siendo un tema menos importante el del lado B (de ahí el término en el cine, películas tipo B, por ejemplo, para referirse a contenidos pobres o de baja calidad). Pero la necesidad de hacer las cosas mas practicas y mas a la mano y que se pudieran utilizar en cualquier lugar hicieron que se buscaran formatos mas pequeños y compactos y el primer intento fueron los cartuchos de 8 tracks, con lo que las radios de los automóviles, pasaron a tener los primeros estéreos, algo voluminosos pero en si una novedad que te permitía traer y escuchar tú música favorita.
La revolución llegó con el cassette, un formato mas pequeño que desplazó a los 8 tracks, hizo de los estéreos mas pequeños y funcionales y algo sumamente importante, ¡¡se podían grabar en ellos!! Y de lo que antes eran las consolas que adoraban las salas de nuestros padres o abuelos, pasamos a las grabadoras estéreo que podíamos transportarlas, oír nuestra música y grabarla.
Pero la necesidad de hacer todavía mas practico el traer tú música favorita dio paso a principios de los 80´s la aparición del “walkman” un pequeño aparato que reproducía tú cassette favorito y lo podías traer montado en la cintura del pantalón escuchando a través de unos audifónos. Cassettes y discos LP convivían sin “pelearse” las bandas sacaban sus producciones en ambos formatos y ya dependiendo de la posibilidad económica optabas por uno u otro. La aparición en el mercado de los CD´s marco el desplazamiento de los anteriores formatos y cuando se pudo ya grabar en estos, el fin de discos y cassettes se empezó a definir.
Hasta la década de los 80´s el mundo de la música y de la radio vivía en una era análoga. Entrando en materia y dentro de una cabina lo mas profesional con lo que se podía trabajar era, aparte de los formatos de discos LP´s y cassettes, con cintas de carrete abierto y dependiendo del grosor de estas era su calidad. Una cabina de radio o de grabación contaba con una gran consola central que te permitía regular el sonido de todos los aparatos conectados y microfónos, en esa consola se controlaban las caseteras, tornamesas, terminales de 8 tracks y grabadoras de carrete abierto y la microfonía. Pero la materia prima, la música, como se conseguía sin internet? Básicamente dependíamos de las disqueras y sus promotores, que visitaban a las radios con su catálogo de artistas y nos dejaban el material que estaban produciendo de sus artistas y grupos (después vendría la famosa “payola”en el que los promotores se “arreglaban” económicamente con el programador de la radio para que determinado grupo o artista de ese catálogo sonara mas frecuentemente).