Transcurría el evento de premiación de Tribus Urbanas 2020 (premios al rock sonorense), la banda OTRA VEZ tomaba el escenario, uniéndoseles sus compañeros musicales de EL GRITO, todos padrinos contemporáneos del hardcore sonorense, interpretando juntos “Ríos de sangre” con el intro de “Más que un juego”. En un momento de mucha euforia, el Micky (QEPD) le cedió el bajo al Yoyo, bajista de EL GRITO. Esta sería la última aparición de OTRA VEZ con todos sus integrantes. Meses después su bajista, Micky, fallecería.
Al morir el Micky todos los integrantes se sintieron desolados. Con el tiempo la banda logró levantarse para continuar, en parte gracias a las palabras de aliento de Jimmy (vocalista del EL GRITO) quien los animaba a continuar, y también Yoyo, quien hizo que la pérdida fuera más llevadera y se convirtió en el perfecto sucesor, un bajista como de la familia.
Ver al Micky pasarle el bajo al Yoyo en aquel evento me llevó a pensar en una alegoría, en la imagen de aquella pintura creada por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina, donde el índice de una figura humana está estirado listo para lanzar una chispa de vida al contacto con la mano del otro. Fue poesía. Ahora sé que ese episodio ayudó a salir adelante a la agrupación después de un tiempo de no saber qué hacer, incluso consideraron declarar que todo había terminado y entonces nació una nueva grabación con el Yoyo como nuevo integrante en el bajo.
El disco Resilientes consta de ocho canciones y fue grabado en el estudio de Jorge Figueroa (Digipro) entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024, disco al cual tuve acceso a través de la versión final del máster. Sí, lo admito, fue un privilegio y les advierto que este es un top de mis canciones favoritas:
“Expiadores de mi ira”
Uno de los riffs que se me quedó en la cabeza cuando escuché este disco es el del inicio de la rola “Expiadores de mi ira”, que el buen Micky alcanzó a componer y que le dio un sonido que logró hacer que esta canción se convirtiera una de mis preferidas y una pieza redonda. Parte del logro de esta rola se debe a la batería, la cual se nos presenta con gran, gran destreza, manteniendo un sonido agresivamente distorsionado: los gritos y la velocidad que se escuchan son bestiales. Los solos de la guitarra líder y el acompañamiento de la rítmica son cruciales, buena mancuerna de esta última con el resto, sin ello no sería posible la complejidad musical que desarrolla la banda. Quizá el trabajo del bajo, en esta rola, no sea brillar, sino asegurarse que todo suene como debe sonar: completamente articulado. Me atrevo a decir que es el mejor track del disco entero, la joya de la corona. Según su autor está inspirada en la lamentable gestión de las emociones que han tenido algunas personas que sufrieron abusos físicos y/o sexuales, o de tipo psicológico, por parte de su círculo inmediato y que desencadena un ataque de ira insospechado, el cual podría terminar en masacres en escuelas y actos de violencia contra personas inocentes.
Buen porcentaje de las canciones fueron escritas por el guitarrista principal, Eugenio, alias El Caire. Según lo que me han contado, mantiene siempre una amplia gama de propuestas cada vez que componen nuevo material.
“Resilientes”
La voz tiene mucho que ver para que la propuesta musical te atrape en los primeros acordes. Me gusta la tesitura de la segunda voz, le imprime mucha autenticidad y fuerza a la interpretación. Como siempre, Toño Meuly hace el aguante en toda la rola.
En cuanto a lo que se refiere a la letra de esta canción, no puedo evitar hacer la siguiente reflexión: Si el machismo sigue estando presente en el ADN de nuestra sociedad, cómo no aceptar que ocurre lo mismo en las diferentes escenas musicales subterráneas: “Cuando el hardcore y el punk llegaron a nuestras vidas no lo hicieron libres de machismo”. (Bárbara Rebel).
Gran parte de la temática de las letras del hardcore continúa ligada a la masculinidad tradicional, a la masculinidad hegemónica y los miembros de esta comunidad, que, en su mayoría, reproducen los rasgos que describen esa forma de ser, actuar y pensar en las canciones: el honor, la fuerza, reafirmar la hombría, puños bien cerrados, no sentir dolor, la resistencia sin importar qué, etcétera. Ni OTRA VEZ se libra de ello. “Resilientes” y “Reafirma” son ejemplos notorios.
Paco López, en el diario El País, nos comparte que “Resiliencia es una de esas palabras que la pandemia ha puesto de moda, a veces hasta pervertir su sentido. De hecho, la resiliencia es una metáfora sobre la condición humana que las ciencias sociales tomaron prestada de la física, de materiales en la segunda mitad del siglo XX para referirse a la resistencia y la flexibilidad ante los golpes de la vida. Gracias a las investigaciones sobre la resiliencia, hoy sabemos que afrontar las adversidades y salir adelante, a pesar de ellas (o incluso gracias a ellas), no es algo que dependa de la suerte, de los genes o del destino” [1]
En otro orden de ideas, encuentro contradicciones en la letra de “Resilientes” porque mientras proclaman que son fuertes física y emocionalmente, se dicen invulnerables, lo que lleva a la frustración. La misma naturaleza de los rasgos de la masculinidad tradicional en el hardcore los hace incapaces para reconocer que necesitan pedir ayuda ante los problemas, y parte de la resiliencia es eso, saber pedir ayuda.
“En trincheras no hay ateos”
Pocas piezas con estilo hardcore de la vieja escuela aparecen en este nuevo álbum. Esta canción me atrae en demasía, en particular por su rítmica. Pienso que es una de las composiciones más importantes del disco gracias a su simple y contagiosa estructura y a los arreglos.
En la parte lírica de este material discográfico resaltan ciertos matices de espiritualidad, de una especie de experiencia religiosa, por ejemplo, si hablamos de la rola “En las trincheras no hay ateos”, esta es una frase supuestamente conocida, aparece en una película estadounidense hecha en 1942 y en un episodio de la serie M.A.S.H. y hace alusión a que “en casos de miedo o de estrés extremo, como una guerra por ejemplo, la mayoría de las personas tienden a creer en la existencia de un ser superior”[2].
La letra habla del cargo de conciencia. Una vez más aparece un elemento espiritual y de tipo moral, haciendo alusión a un acto de contrición: el arrepentimiento y la culpa. Por ahí se dice que hay un sinfín de veteranos de combate que fueron ateos, lo cual pudiera explicarse en lo que Francisco J. Ayala señala a propósito de: “La religión es una de tantas maneras en las que aceptamos valores morales, pero esos mismos valores también los aceptan personas sin religión o con religiones diferentes, y van cambiando a través del tiempo” [3]. Coincido en que las consecuencias de nuestros actos derivan de las propias decisiones, y sí, ¡vive y deja vivir!, pero como dicen los AA: un día a la vez. He de insistir, esta es una de las canciones de las que más me han atraído, quizá porque, a pesar de todo, es difícil resistirse a una buena dosis de velocidad y riffs que conforman un sonido duro y agresivo.
En cuanto al fraseo, aunque en una de las estrofas tiene un detalle en la segunda voz (pierde entonación en un fragmento), en lugar de restarle, le da humanidad, crudeza, frescura y la batería es ultrarrápida. El Junior la rompe, y como dicen los que saben, los buenos bateristas cambian las acentuaciones de lo que tocan y lo vuelven más interesante, porque no solo es que sea bueno con el control del tempo, sino lo que nos transmite con su ejecución. Una alta descarga, claro está. Qué acertados los científicos cuando sostienen que el hormigueo o escalofrío que te provoca la música ocurre en los momentos de placer musical más altos. Hell yeah!
“Reafirma”
En esta pieza vuelven a sus raíces, aunque también tiene trazos de masculinidad hegemónica, el intro me encantó. Fantástico acoplamiento de todos los integrantes y sus instrumentos. Gracias al bajista, porque bien lo explica Carlo Mazzini: “El bajo es el cimiento de la banda. Es el que articula el ritmo de la percusión con la melodía del resto de la banda. ¿Esa batería linda que amas tanto? Es tremendamente elevada por el bajo que está detrás. ¿Esas guitarras espectaculares que llenan el escenario? Es el bajo quien le da la gravedad que lleva esa electricidad por tu espina dorsal” [4]. El punch, aparte de la música, la da el gritante a mil por hora.
“Víctima perfecta”
Aunque repiten la fórmula del disco anterior con estribillos muy típicos de su perfil y del género, la clave del éxito en el estilo lírico de OTRA VEZ está en lo bien que les queda eso que se llama prosodia letra-música, es decir, la armonía entre la letra y la música, ya que la agresividad musical va obviamente de la mano de las variaciones de tono e intensidad de la voz, donde los acentos líricos coinciden con los acentos musicales y el significado de la letra es congruente con el ritmo y el acompañamiento utilizados. Asimismo, el arreglo instrumental empleado va en sincronía con la ferocidad del contenido de la letra, aspectos que nos hacen concluir que logran comunicar bien su mensaje y cumpliendo con estos requisitos, pues podemos hablar de que se trata de rolas que jamás podrán pasar desapercibidas. “Expiadores de mi ira”, “Resilientes”, “Víctima perfecta” y “En trincheras no hay ateos”, son parte de esas rolas esenciales.
“Naciste para morir”
El intro es muy llamativo y resaltan los solos de guitarra y la velocidad. La habilidad del baterista da un paso al frente en esta canción. Esta va muy de la mano de Ian Mackye en el sentido de no necesitar de distractores para afrontar la realidad, de una vida sobria, del autocuidado.
“SFHC”
Esta pieza es un homenaje póstumo. Meño, ex guitarrista de EL GRITO y LA VIEJA LOKA, entre otras bandas, desde la distancia (Alemania) pensó en su viejo amigo y le escribió una letra que suena a un reconocimiento al temple del Micky y su andar por este mundo. En lo musical no pueden faltar los straightedge hardcore drums, influencias del posthardcore del miembro más joven de este combo, Jorge, alias El Junior. En las voces destaca la colaboración de Darío de HERENCIA DE HONOR, unos coros guturales muy chingones como siempre. Su voz es así. También aquí aparece el buen Jimmy, vocalista de EL GRITO: pura nostalgia con esa voz tipo vieja escuela, un estilo acoplado y apropiado para esta rola, además se suman también el Peñita de EN TU CONTRA y Tito de LA VIEJA LOKA, y al final del tema, en un gesto de validación, acompañamiento y despedida, la voz en off de Doña Cuquita Peralta, la señora madre del Micky.
Este nuevo lanzamiento, al igual que el anterior, llama insistentemente a la introspección, a vernos a nosotros mismos. En otros momentos nos hacen ver que les preocupa sobremanera las causas de la violencia, tanto en “Expiadores de mi ira” como en “Víctima perfecta” se hace énfasis en dicho tema.
Después de escuchar varias veces esta reciente entrega me queda la sensación de que precisamente el thrash tira de un lado y el hardcore de la vieja escuela del otro: están en ese dilema. Y no es extraño, puesto que fue “a mediados de los ochenta que el crossover metal, la fusión del hard metal y el hard core pasó a primer plano a raíz de la popularidad de las presentaciones de EXODUS y TESTAMENT, por un lado y de D.R.I., CORROSION OF CONFORMITY y SUICIDAL TENDENCIES” (Walser, 1993, p.14) [5]. Y “en la medida que el hardcore se entrecruzó con el mainstream metalero, muchas de las ideas anarquistas, de izquierda, anti-sexistas y con sentimientos pro queer, banderas comunes del proto-hardcore, fueron abandonadas a favor de una corriente más apolítica” (John Sewell, 2012, p.209).
Ya lo dijo Hormigos “No hay vida cotidiana sin música”. [6] Cuando escucho a OTRA VEZ me siento más activa e inspirada. La música más rápida tiende a inducir más emociones positivas que la música más lenta. Escuchar a OTRA VEZ es hallar un lugar donde los sentimientos puedan desbordarse libremente. La música de esta banda te da esa licencia. El disco tiene los atributos suficientes para ser considerado un magnífico trabajo que te anima a querer escucharlo desesperadamente en directo: Eugenio, Jorge, Memo, Toño y Yoyo, gracias. Confieso que he pecado pues este LP se ha convertido en parte del soundtrack de mi vida.
PD: Este texto trata de reconocer el trabajo creativo y artístico de OTRA VEZ, una gran banda sonorense crossover hc/trash metal, y aunque no busco iniciar un debate, si busco dar mi versión de los hechos, esto ante los señalamientos en una publicación que circuló en las redes sociales (“Sugar free por siempre”), escrita por Anomia, quien expone, al hablar del nuevo disco de esta banda, que carece de originalidad, olvidando que el hardcore, desde mi punto de vista, como todos los géneros y subgéneros, tiene su estética, así como influencias y referencias musicales, y la música, como toda expresión artística, es una expresión de la vida anterior, eco del pasado, acto seguido: “…el músico, a la hora de componer, se ve influenciado por la herencia musical de su sociedad. La historia de la música presenta casi continuamente el fenómeno de que cada compositor se para sobre los hombros de sus antecesores, eso reside implícitamente en que la suma total del desarrollo musical de su pueblo hasta un cierto momento es el fundamento de su formación musical, y tanto debe él a la cadena de sus antecesores, que sin ellos nunca habría devenido esto que es” (Simmel, 2003:12) [7].
Referencias:
[1] https://elpais.com/planeta-futuro/3500-millones/2023-02-03/resiliencia-la-palabra-que-la-pandemia-puso-de-moda.html [2] https://es.wikipedia.org/wiki/No_hay_ateos_en_las_trincheras [3 https://www.agenciasinc.es/Entrevistas/Los-ateos-no-lo-son-porque-la-ciencia-les-haya-hecho-negar-la-religion-sino-por-otras-razones [4] https://es.quora.com/Cu%C3%A1l-es-el-papel-del-bajo-en-una-banda [5] Walser, R. (1993). Running with the devil: Power, gender, and madness in heavy metal music. Hanover, New Hampshire: University Press of New England. [6] Hormigos Ruiz Jaime . LA SOCIOLOGÍA DE LA MÚSICA. TEORÍAS CLÁSICAS Y PUNTOS DE PARTIDA EN LA DEFINICIÓN DE LA DISCIPLINA. BARATARIA. Revista Castellano-Manchega de Ciencias Sociales [en linea]. 2012, (14), 75-84[fecha de Consulta 21 de Noviembre de 2024]. ISSN: 1575-0825. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=322127624005 [7] SIMMEL, G. (2003), Estudios psicológicos y etnológicos sobre música, Buenos Aires, Gorla.